Que se puedan vender chucherías en colegios e institutos es un disparate

Que se puedan vender chucherías en colegios e institutos es un disparate
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La educación alimentaria en los niños es fundamental para crear conciencia de que comer bien es muy importante desde pequeños. Sin embargo, uno de los pilares de su educación como son los centros educativos, no siempre van en esa línea. En muchos centros educativos los alumnos pueden comprar chucherías a cualquier hora.

Ya vimos casos como los de la ciudad de Amsterdam en donde incluso a los niños no se les dejaba que llevaran zumos azucarados al colegio. Ya demasiadas opciones poco saludables tienen fuera de los colegios como para que también se las pongamos dentro. Los centros educativos tienen que procurar que sus alumnos coman lo mejor posible.

En los centros educativos los niños solo deberían de comer alimentos saludables

Que los niños puedan comprar chucherías, bollería y productos similares en el colegio es culpa de los centros y de los padres. Del centro escolar porque permite que en su cafetería se vendan ese tipo de productos. Y de los padres porque son los que dan dinero a sus hijos para que allí se compren lo que quieran.

Yo, que soy profesor en un instituto, veo como a diario los niños se atiborran de chucherías. Ya no solo en el recreo, sino que en los cambios de clase bajan a cafetería a comprar todo tipo de "guarradas" para comer. Pero lo peor no es eso, lo peor es que ellos piensan que lo que compran es comida y suple a un desayuno o una media mañana.

Los niños pueden comprar chucherías no solo en el recreo, sino a cualquier hora

Si ya de por sí los alumnos tienen un ambiente obesogénico, por la mañana que es cuando se les da parte importante de su educación, no deberíamos de consentir que tengan a la mano ese tipo de productos. Y no es una cuestión de coartar sus libertades para elegir la comida, sino de ofrecer opciones saludables para que ellos vayan interiorizando cuáles son las mejores opciones para comer. Fuera de clase ya harán lo que estimen oportuno ellos y sus padres.

Pero vender chucherías también es un negocio para el que gestiona el bar de un colegio, que si no vendiera ese tipo de productos vería como incluso no sería rentable trabajar en este tipo de cafeterías. Puede que en el pliego de condiciones de estas cafeterías venga que no se vendan chuchería a los niños o que no se les venda nada entre horas de clase, pero es algo a lo que no se suele hacer caso por lo difícil que supone el controlarlo.

En definitiva, es un auténtico disparate que en un centro educativo el niño disponga de barra libre para comprar chucherías. Estamos hablando de 6-8 horas al día en donde, si el niño tiene dinero, puede comprar y comer lo que quiera. ¿Qué opináis vosotros, cómo se podría solucionar esto?

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