La verdad de los quemagrasa (y II)

La verdad de los quemagrasa (y II)
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En la primera parte sobre la verdad de los quemagrasa dimos unas pautas a tener en cuenta para saber qué es lo que debemos tener claro a la hora de usar suplementos o sustancias con el fin de bajar nuestro nivel de grasa corporal o, en definitiva, vernos más esbeltos y delgados.

En esta nueva entrada vamos a hacer más hincapié en como los productos que se auto reconocen como quemagrasa basan su verdad en una publicidad engañosa, hablaremos de porqué los milagros en el tema de la quema de grasa no existe y acabaremos tratando el tema mental o efecto placebo.

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La publicidad engañosa y las matemáticas

Si nos basamos en modelos matemáticos para tratar los milagros de los quemagrasas, podemos decir que cuando una crema cremas adelgazante proclama que aplicada sobre la piel de la cintura es capaz de reducir 4 cm de cintura en 40 minutos (como se ha odído en algunas ocasiones) es algo imposible dentro del mundo de los números.

El Dr. José Enrique Campillo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Extremadura, pone como ejemplo un cilindro de una altura de unos 10 cm. La diferencia entre el volumen que tendría el cilindro al principio (76 cm) y 40 minutos después (72 cm) será de 474 cm cúbicos. O sea, que la crema habría disuelto casi medio kilo de grasa en poco más de 30 minutos.

Entonces, ¿dónde ha ido esa grasa? ¿Cómo se ha eliminado? Sólo cabe pensar que se ha metabolizado y si esto fuera así como al quemar las grasas se producen 9 kcal por gramo, se habrían liberado 4.000 kcal en 40 minutos. La consecuencia de este hecho habría hecho que nuestro cuerpo aumentará su temperatura corporal varios cientos de grados, algo sólo soportable si eres nacido en el Mercurio.

Los milagros no existen

Con esto sólo queremos decir que sería un milagro que eso pasara, es decir, que pasara tal y como se dice en el anuncio del producto es algo que debería de saltarse todas las leyes de la física. Por tanto las matemáticas o mejor dicho la física nos demuestra que la publicidad en estas ocasiones es engañosa o muy exagerada.

Hay que tener en cuenta que como en todo los milagros tampoco existen a la hora de bajar los kilos sobrantes, y casi todos los productos que se llaman quemadores de grasa no tienen indicación ni efectividad en el tratamiento del exceso de peso, y pueden incurrir en un supuesto fraude al consumidor, además de los potenciales peligros para la salud por efectos secundarios.

Aunque si bien muchos médicos no dan su opinión sobre estos supuestos milagros, y se puede entender ya que mueve miles de millones, y seguramente cualquiera haría lo mismo si viera amenazados nuestros ingresos anuales susceptiblemente. Un ejemplo, fue unas investigaciones sobre productos de Herbalife tras una demanda por fraude que hizo que las acciones de la compañía se desplomaran en Wall Street un 12% en sólo dos días.

El poder de la mente (efecto placebo)

Con esto podemos divagar sobre el porqué estos productos siguen vendiendose e incluso mucha gente cree que son beneficiosos para su pérdida de grasa e incluso si les preguntas por los resultados afirman rotundamente que son positivos y les han ayudado a perder esos kilos de más.

Las ventas están promovidas por el deseo que tenemos de conseguir algo con la ley del mínimo esfuerzo, que fácil sería perder los centímetros de más de una forma rápida y fácil, y aunque generalmente sabemos que no existen los milagros, no podemos resistirnos ante la esperanza irreal de conseguirlo.

El problema es la publicidad del boca a boca, cuando una de las personas que ha probado el producto milagroso habla de una forma tan subjetiva de las maravillas del mismo debido al efecto placebo (digamos que es un efecto mental) que le ha producido en su momento el producto.

Pero ¿cómo probar que ese efecto placebo es real y no se debe a unos cambios en los hábitos alimenticios y a las horas de cardio y gimnasio que la persona que lo ha probado y le ha ido a las mil maravillas ha realizado al mismo tiempo? No se puede. Y de ahí que el que escucha se quede con la idea de que los kilos de más se han ido gracias a la parte fácil de la ecuación.

Conclusión

De ahí que el efecto placebo exista aun sabiendo que el mismo esté presente, y nos quedemos con que haciendo un poco de ejercicio y el quemagrasa conseguiremos nuestro cuerpo soñado, cuando en realidad, sólo las correcciones en nuestra dieta y la realización de ejercicio habitualmente nos dará resultados positivos. No malgastes tu dinero.

Imagen | Wikimedia commons, Wikimedia commons

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