Dieta nasogástrica. Análisis de dietas milagro (XXII)

Dieta nasogástrica. Análisis de dietas milagro (XXII)
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En plena operación bikini muchas personas desembocan sus deseos de adelgazar en manos de una dieta milagro, que sabemos no son nada saludables para el organismo y mucho menos la solución al problema de exceso de peso. Por eso, hoy advertimos nuevamente sobre este tipo de dietas realizando el análisis de otra dieta milagro llamada dieta nasogástica.

¿En qué consiste la dieta nasogástrica?

La dieta nasogástrica o KE Diet como la denominan en Estados Unidos promete reducir un 10% del peso corporal en sólo 10 o 12 días gracias a la alimentación por medio de un tubo que va desde la nariz hacia el estómago. No se ingiere nada por la boca sino que se infunden por esta sonda o tubo nasogástrico unas 800 Kcal por día.

La dieta fue creada por el doctor Oliver di Pietro en Estados Unidos y actualmente comercializa su novedoso tratamiento por 1500 dólares.

La alimentación que se infunde por dicho tubo que va al estómago tiene como base una solución de aminoácidos, vitaminas y minerales, además de un preparado que fomenta la quema de grasas y da origen al proceso ya conocido por nosotros llamado cetosis.

Durante la realización de la dieta se debe llevar la sonda colocada en la nariz conectada a una bolsa de plástico que contiene la solución a infundir o alimentación si se le puede decir de esa manera.

Errores de la dieta nasogástrica

Claramente podemos visualizar los errores de la nueva dieta milagro, pues en primer lugar se trata de una dieta severamente restrictiva en la cual no se ingiere alimento alguno, por lo que esta cargada de prohibiciones. por otro lado, es de muy bajo valor calórico y al ser baja en hidratos y grasas produce una brusca pérdida de peso que puede ser desencadenante de alteraciones metabólicas posteriores.

nasogastrica

Asimismo, dado el gran y acelerado descenso de peso, es una dieta con alto riesgo de efecto rebote, poco sostenible en el tiempo porque mientras otros comen “alimentos” por su boca, nosotros debemos evitar esta vía para nutrirnos por al menos 10 o 15 días.

Por otro lado, tiene alto riesgo de producir deshidratación y cálculos renales consecuencia de ésta.

Más allá de todas estas características de la dieta nasogástrica, creo que el principal y más perjudicial error es buscar un método temporal, que no modifica hábitos ni nos enseña a convivir con la comida, para bajar de peso de manera muy brusca.

Si podemos alimentarnos de manera habitual, por nuestra boca y movernos más, no se explica por qué este médico ofrece por 1500 dólares una técnica invasiva y poco sostenible, así como incómoda, para que la gente adelgace riesgosamente.

Imagen | Wikimedia

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