Solemos asociar las ensaladas con una dieta sana. No es de extrañar porque la base de una ensalada son las verduras, frutas y hortalizas, alimentos imprescindibles en nuestra dieat. Este va a ser el tema en esta dieta semanal, donde cada vía vamos a introducir un tipo diferente de ensalada. Por supuesto, los ingredientes están abiertos y vosotros podéis añadir, quitar o reemplazar.
Las ensaladas en la dieta semanal
Normalmente comemos la ensalada en la comida o cena. Esto va a depender mucho de los gustos y apetencia de cada uno. Hay personas a las que les cuesta más digerir la ensalada por la noche o se sienten más pesado al comer las hojas de las verduras que añadimos. Yo también prefiero las ensaladas en la comida, aunque si algún ingrediente nos dificulta la digestión, solo tenemos que quitarlo.
Aunque cuando decimos "ensalada", pensamos en lechuga, tomate, maíz y poco más, hay muchos ingredientes que podemos añadir a una ensalada. Ingredientes como el arroz, pasta, frutos secos, fruta, legumbres o maricos, pueden configurar los ingredientes de una ensalada. Todo está en buscar los sabores y texturas que nos sean más agradables.
La ensalada es un aporte completo de vitaminas y minerales en la dieta. Cuantos más colores tenga una ensalada mejor, ya que nos aseguramos de estar tomando una amplia gama de vitaminas, minerales y antioxidantes. La manera de aderezarlas también es un mundo, hay muchas formas de aliñar una ensalada. Yo prefiero el aceite, vinagre de módena y especias.
Eso sí, mucho cuidado con las salsas en las ensaladas, que pueden convertirlas en auténticas bombas calóricas. Ya sea en casa, en el trabajo o cuando salimos fuera a comer, la ensalada puede ser un buen primer plato que nos aporta muchos nutrientes y de paso calma nuestra sensación de apetito. Sin duda, uno de los platos más completos y saludables que podemos tomar. Si tienes alguna receta de ensalada, no dudes en dejarla en los comentarios.
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