Los deportes de contacto no son una buena elección para mantener la salud. Los entrenamientos que se siguen pueden ser correctos y completos (ya que se necesita una combinación equilibrada entre fuerza y capacidad aeróbica), pero los riesgos son demasiado altos.
A esta clase de deportes corresponden el boxeo, el full-contact, el rugby y otros como el fútbol o el baloncesto podrían incluirse aunque la intensidad de los contactos suele ser mucho menor.
La incompatibilidad de estos deportes con la salud radica en la frecuencia de traumatismos brúscos e intensos y además impredecibles (porque suelen estar provocados por otro deportista).
Con esto no queremos decir que sea negativo practicar rugby, por ejemplo, sino que no es recomendable para mantener la salud porque el riesgo de lesiones o accidentes es demasiado alto. La rotura de cejas, contusiones y dolor muscular, en la práctica del rugby de alta competición es muy frecuente y la aparición prematura de artrosis en antiguos deportistas (en dedos y rodillas) también.
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